Conocí el Trabajo de Procesos a través de Ulises Escorihuela, el 2006, año en el que hice una formación sobre facilitación con él. Él tradujo el libro de “Sentados en el fuego” de Arnold Mindell, y ayudó a dar a conocer el Trabajo de Procesos en el estado español.
Después estuve un tiempo de letargia, pasé a vivir en comunidad y experimentar lo que era estar en un grupo de manera intensa. Mi pasión con los grupos y la facilitación seguía viva, y fue cuando dejé la comunidad, que me conecté de nuevo con la necesidad de saber más. Necesitaba conocer a fondo un paradigma que me ayudara a trabajar con la realidad de los grupos en el aquí y ahora, con sus conflictos. Y fue perfecto, pues justo en ese año, en el 2010, Fil a l’Agulla inició un ciclo de formaciones, donde Gill Emslie con el apoyo de Neus Andreu, dieron varios seminarios de Trabajo de Procesos en Can Girona.
Esa fue la semilla para ver si había interés suficiente para crear una diplomatura aquí. Y si, surgimos un grupo suficiente y motivado. Y, al año siguiente, en el 2011, empezaba el primer Año Base, aún con mucha incertidumbre. Ese primer año, había el año base y el curso completo. Muchas personas estudiantes hacíamos o bien un programa o el otro, con distintos requisitos. Fue un lío de nombres, pues nunca sabíamos que programa era cuál. En ese entonces, Gill, Neus y César, con el apoyo del IIFACE también en el principio, fueron quienes crearon el Instituto que iba a ver nacer la Escuela y un programa reconocido por la IAPOP.
Al cabo de poco tiempo, Evelyn y Andy se sumaron, ya teníamos las tres personas diplomadas para formar la Escuela.
Y mientras yo, con el grupo del principio, seguimos avanzando con los requisitos y co-creando cada nueva puerta, hacia Fase 1, Fase 2, revisión del punto medio, exámenes de progreso, hasta llegar a los exámenes finales.
Ahora han pasado 7 años desde aquel momento. Ha sido un largo viaje llegar hasta aquí. Los mayores recuerdos que me vienen, tienen que ver con momentos personales muy claves y como el Trabajo de Procesos me ha ayudado en estos momentos. Como por ejemplo, cuando dejé de fumar o en situaciones de conflicto intensos.
He aprendido mucho y ahora me siento recompensada y orgullosa, de mí y de la escuela. Pues este ha sido un logro compartido. Se abre una nueva puerta para la comunidad de estudiantes de la Escuela de Trabajo de Procesos.
Los exámenes finales me han servido para conectar de una manera muy profunda con quien soy, lo que se y también lo que no se, con mis fortalezas y mis vulnerabilidades. Tuve intervenciones brillantes y otras que no lo fueron, incluso necesité ayuda. Y esto es importante para mí, pues pasé los exámenes imperfectamente perfecta o más bien perfectamente imperfecta, y esto me recuerda la importancia de ser maestra y aprendiz, reconocer lo que sé y lo que otras saben, aunque no tengan ningún diploma de nada, y sobretodo no desconectarme de lo humanas que somos y que como tal, aprendemos a través del error, que nos equivocamos y nos vamos a seguir equivocando mucho.
Foto: De izda a derecha Neus Andreu, César Fernández y Mireia Parera el día de los exámenes finales
Estoy profundamente agradecida a Arnold Mindell, por ser tan crack y empezar a desarrollar el Trabajo de Procesos, uniendo los conocimientos y aprendizajes de tantas otras personas antes. A todos sus colegas y nuestros maestros y maestras que han ido desarrollando este marco, a esa primera y segunda generación de diplomadas, Amy Mindell, Max Shupbach, Joe Goodbread, Julie Diamond, Jan Dworkin, Dawn Menken, Kate Job…. Son personas que me han inspirado y que he seguido más o menos de cerca.
Y muy muy especialmente a mis maestras y maestros más cercanas que habéis creído en el proyecto de escuela aquí en el estado español. Vuestro apoyo y amor ha sido crucial y ha alimentado mi confianza y amor en mi misma. Gracias Gill por ser pionera en todo esto. Gracias Andy y Evelyn por seguirla. Gracias Boris por sumarte al carro. Gracias Lily Mu por tu amor incondicional a la escuela y tu apoyo. Todas habéis estado apoyando mi proceso de aprendizaje en los diferentes roles como terapeutas, supervisoras y mentoras. Y me encanta y estoy profundamente agradecida. Y también quiero agradecer a Stanya quien en esta última etapa de ya más de 3 años ha sido mi terapeuta.
Voy a seguir caminando, aprendiendo y sobretodo compartiendo mis conocimientos, habilidades y sabiduría en el mundo, para seguir difundiendo el Trabajo de Procesos y sus múltiples aplicaciones.
IEJA!!!!